Éxodo

Todo se había vuelto un Profundo silencio
—un caos como al principio—
Bajo una piedra se hallaba la placenta de la vida
que podrida como estaba hizo surgir a Odosh’a
el espíritu del mal Xibalbá
—la casa de los cuchillos—
—la casa de los tormentos—
Los seres de maíz empezaron
a pelearse entre ellos
y fue así como nació el odio
y el llanto

En la casa de los murciélagos
la sangre del maíz se transformaba
en vísceras humanas
En la casa de los espejos los hombres
se arrancaban los ojos con las manos
—Odosh’a les enseñó a matar
y Odosh’a estaba alegre—

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