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Mostrando entradas de enero, 2010

II

Panales gigantes Que pierden su miel. Contorno perfecto Que marca mis pasos. Testigo (sin voz) De sombras erosivas. Reposo temporal de tintas dormidas, Cuna eterna Donde descansa aun El destello infernal De la sangre vertida. Cindy Vega

Hermetismo

Oscuro lienzo de fuego mordaz, gris extrañeza de mi soledad. Ángel desnudo que atraviesa los muros de mi hermetismo. sustento de opio que intoxica Sombra prepotente; voz ahora ausente. Hoy quiero odiarte con toda franqueza aire contaminado, traje de luto, lagrima seca, despiertas hoy mi crudeza.

I

Te regalo el humo que broto de mi boca. Solo dame un segundo para aceptar mi derrota. El ruido espanta la calma de mis amaneceres Pierdo otras ves la tinta y los pinceles. La tos ferviente de mis temores yacientes Restregando el tejado Con su llanto imprudente. Así se despide la noche, Y nosotros... Cindy Vega

Malditos Bailarines Sin Cabeza

Aquellos de nosotros que siendo hijos y nietos de honestísimos hombres de campo, cien veces negaron sus orígenes antes y después del canto de los gallos. Aquellos de nosotros que aprendieron de los lobos las vueltas sombrías del aullido y el acecho, y que a las crueldades adquiridas agregaron los refinamientos de la perversidad extraídos de las cavidades de los lamentos. Y aquellos de nosotros que compartieron (y comparten) la mesa y el lecho con heladas bestias velludas destructoras de la imagen de la patria, y que mintieron o callaron a la hora de la verdad, vosotros, -solamente vosotros, malignos bailarines sin cabeza- un día valdréis menos que una botella quebrada arrojada al fondo de un cráter de la Luna.

Esta Luz Que Suscribo

Esto que suscribo nace de mis viajes a las inmovilidades del pasado. De la seducción que me causa la ondulación del fuego igual que a los primeros hombres que lo vieron y lo sometieron a la mansedumbre de una lámpara. De la fuente en donde la muerte encontró el secreto de su eterna juventud. De conmoverme por los cortísimos gritos decapitados que emiten los animales endebles a medio morir. Del amor consumado. desde la misma lástima, me viene. Del hielo que circula por las oscuridades que ciertas personas echan por la boca sobre mi nombre. Del centro del escarnio y de la indignación. Desde la circunstancia de mi gran compromiso, vive como es posible esta luz que suscribo.

De Niño A Hombre

Es fácil dejar a un niño a merced de los pájaros. Mirarle sin asombro los ojos de luces indefensas. Dejarle dando voces entre una multitud. No entender el idioma claro de su medialengua. O decirle a alguien: es suyo para siempre. Es fácil, facilísimo. Lo difícil es darle dimensión de un hombre verdadero.

El aire que nos queda

Los Generales compran, interpretan y reparten la palabra y el silencio. Son rígidos y firmes como las negras alturas pavorosas. Sus mansiones ocupan dos terceras partes de sangre y una de soledad, y desde allí, sin hacer movimientos, gobiernan los hilos anudados a sensibilísimos mastines con dentaduras de oro y humana apariencia, y combinan, nadie lo ignora, las sales enigmáticas de la orden superior, mientras se hinchan sus inaudibles anillos poderosos. Los Generales son dueños y señores de códigos, vidas y haciendas, y miembros respetados de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana.

Las Sales Enigmáticas

Los Generales compran, interpretan y reparten la palabra y el silencio. Son rígidos y firmes como las negras alturas pavorosas. Sus mansiones ocupan dos terceras partes de sangre y una de soledad, y desde allí, sin hacer movimientos, gobiernan los hilos anudados a sensibilísimos mastines con dentaduras de oro y humana apariencia, y combinan, nadie lo ignora, las sales enigmáticas de la orden superior, mientras se hinchan sus inaudibles anillos poderosos. Los Generales son dueños y señores de códigos, vidas y haciendas, y miembros respetados de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana.

Los pobres

Los pobres son muchos y por eso es imposible olvidarlos. Seguramente ven en los amaneceres múltiples edificios donde ellos quisieran habitar con sus hijos. Pueden llevar en hombros el féretro de una estrella. Pueden destruir el aire como aves furiosas, nublar el sol. Pero desconociendo sus tesoros entran y salen por espejos de sangre; caminan y mueren despacio. Por eso es imposible olvidarlos.

La Convalesciente

Cuerpo de monja virgen, por el ayuno laso. Yo vi sus ojos húmedos de inmaterial ternura; y, de la piel suntuosa que envuelve su estructura, miré, en aquella noche, más transparente el raso. Pálida enferma llena de su melancolía; cuerpo con el prestigio de los marfiles viejos; era su voz tan tenue como un rumor de lejos; toda ella era un perfume que se desvanecía… Cuando marchó a su estancia me dió su mano breve y yo la vi alejarse con un andar tan leve, que era un frú-frú de alas el eco de su planta… Y quise -en la suprema tensión de mi cariño- mecerla entre mis brazos, como si fuese un niño, para que se durmiese con una canción santa.

Verdades amargas

Yo no quiero mirar lo que he mirado a travéz del cristal de la experiencia, el mundo es un mercado en que se compra amor, voluntad y conciencia. Amigos…es mentira…no hay amigos, la verdadera amistad es ilusión, ella cambia, se aleja y desaparece, con los giros que da la situación. Amigos complacientes sólo tienen los que disfutan de ventura y calma, pero aquellos que abate el infortunio, sólo llevan tristezas en el alma. En éste laberinto de la vida, donde tanto domina la maldad, todo tiene su precio estipulado, amores, parentesco, y amistad. El que nada atesora, nada vale, en toda reunión pasa por necio; y por nobles que sus hechos sean, lo que alcanza es la burla y el desprecio. Lo que brille nomás tiene cabida, aunque brille por oro lo que es cobre, lo que no perdonamos en la vida es el cruel delito de haber nacido pobre. La estupidez, el vicio y hasta el crimen pueden tener su puesto señalado, las llagas del defecto no se miran si las cubre un diamante bien tallado. La sociedad que

El Amor Errante

Filas de caserones de vieja arquitectura que en el frontón ostentan el signo de la cruz. Sobre la calle hosca pasa la noche oscura como un fúnebre paño. Ni una voz, ni una luz. En esta casa tuya, quizás, en las ojivas, entre el silencio grave de la calleja sola, tejieron un murmullo de pláticas furtivas un linajudo hidalgo, y una dama española. Más hoy es ¡oh, señora! un rondador nocturno, un bardo trashumante de rostro taciturno quien coloca la ofrenda de amor en tus umbrales. Y quien, bajo la noche, frente al balcón florido, se angustia al ver el sacro blancor de tu vestido, que cruza vagamente detrás de los cristales.

Deseos Irreverentes

Cómo me hubiera gustado estar en la cama con Walt Whitman, beber en las cantinas de Malcom Lowry o “Bajo el Volcán”. Procesar a mi manera a Franz Kafka. Observar sigilosa y detenidamente a Francis Bacon. Estar con Salvador Dalí en una tarde de toros y tocarle el trasero mientras pensara en Gala o en Federico García Lorca. Cantarle a Pablo Neruda mis poemas de amor y otras canciones desesperadas, repetirle “De Profundis” con todos mis secretos sexuales a Oscar Wilde y a su amante maldito. Cómo quisiera estarme riendo junto a Baudelaire con mis quince años en su cama. Tal vez me hubiera gustado cogerme a Hitler, a Calígula a Napoleón, a vos y a otros hijos de la gran puta. Filmar con Pier Paolo Passolini un Decamerón diferente. Estar acariciando y besando a Rabindranah Tagore. Hablar de amor con Juan Ramón Molina. Condenar sin clemencia a los Jesuitas Pederastas. Echarle en cara a Marlon Brando, el no haberme conocido. Perseguir a Felipe Buchard, a Ezequiel Padilla y a Simón, de cantina

Tranviaria

Llevo al mundo como pendientes en mis orejas, rozo con mis pestañas a los desconocidos, beso manos de transeúntes (hormigueo en los labios). Que alguien me aborde, soy el metro que esta ciudad jamás conoció, atrevidos en mi todos los años, en mí el transcurrir, en mí la palabra ventrílocua de cada estación, en mí la espina y el diente que muerde la rosa de lo oculto. Mis muertos no son sombras raídas en la luz. Que alguien me aborde, sé cual es el principio y el final de este cuento. Que alguien suba y se detenga en mí. Mis ojos son túneles que dan a cualquier lugar, mis manos paredes para reposar en lo oscuro, mis brazos sillones para que vengan a hacer el amor. Roto ya todo lo íntimo en mí, he de saberte andar, mundo, con los puños cerrados en señal de auxilio y no de defensa cerrados para llevar en ellos el resto del aire que no supo caber en mis pulmones. En la imperfección está lo bello. No necesito ser el poeta sino el poema, la belleza está por encima de la lógica de cualquier p

IX

Me desnudo en tu boca de almendro acantilado entreabierto desprendo los ruidos los ruedos y el biés de mi falda allá lejos entre el agua y la sal te desnudo dentro de múltiples lunas.

Una aurora alambrada

La fragua. La fragua es dura. Nos calientan al rojo vivo y nos golpean sin misericordia. Bajo el martillo apretamos los dientes. Sentimos que la carne se desprende de los huesos, nos estiran los nervios, nos arrancan las vísceras de sus cavidades. Pensamos haber llegado al límite del dolor o del goce, de la soledad o de la borrachera. Y al otro día de nuevo nos estremecen el vacío, la miseria y la grandeza humanas. Somos un poco más libres porque ya no nos angustia la pureza. No nos atemorizan tanto el sufrimiento ni el deseo. Una piedra se estrella contra el muro en la noche. Estando enamorados de imposibles aseguramos el pan de los días inéditos.

No te busqué

No te busqué en las vetas desgastadas del tiempo, ni te grité en las voces delgadas de los hombres. Caminé largas noches ahuecando las horas con mis pasos y no te encontré por los hondos abismos. Tan cerca de mi estabas, que al roce de mi sueño con tu dolor herías. Te llevaba en el alma, tallado en un poema. Y un enorme dolor me comenzó a latir con tu llegada.

Cielo

Me faltan siglos para dejar de ser. La palabra me sobra a veces. Los movimientos de la tarde se desprenden hasta caer en la curvatura de mis ojos. El sol es un conjunto de monedas lanzadas al aire. Un trazo de papel rayado por un niño es el cielo.

nudo ciego XVIII

Pero la soledad no se marchó fue sólo que ya no pude volver a tocarla.

La mama

Alta y de piel oscura grande mitológica peleadora y tierna era la mama sus ocho hijos todos aprendieron a leer a creer en dios a entender lo que su madre amaba ellos todos con título de secundaria profesores secretarias todo por aquellas manos carrasposas agrietadas por los años de la angustia y el abandono -aquellos hombres que prometieron ayudarte y se marcharon- todo por aquellas manos rajadas con el olor putrefacto -lugares donde ella buscaba el pan- limpiando pisos limpiando servicios limpiando todo por un pan para sus hijos porque sus hijos fueran a la escuela porque tus hijos fueran alguien por darles lo que vos nunca tuviste una cama en lugar del petate una casa en lugar del cuartito maltrecho una vida en lugar del tormento Mama ¿no te das cuenta? cambiaste el curso del sol con tus manos con tu enorme cuerpo lacerado El sol en tu frente cuesta abajo cuesta arriba de vuelta al trabajo asegurando el futuro en tus manos (las mismas que hacían la ro

Éxodo

Todo se había vuelto un Profundo silencio —un caos como al principio— Bajo una piedra se hallaba la placenta de la vida que podrida como estaba hizo surgir a Odosh’a el espíritu del mal Xibalbá —la casa de los cuchillos— —la casa de los tormentos— Los seres de maíz empezaron a pelearse entre ellos y fue así como nació el odio y el llanto En la casa de los murciélagos la sangre del maíz se transformaba en vísceras humanas En la casa de los espejos los hombres se arrancaban los ojos con las manos —Odosh’a les enseñó a matar y Odosh’a estaba alegre—

lamentos en el espacio

Afuera ruge el viento. Tu cabeza está en mis piernas. la noche se entretiene en ronda de fantasmas. Aguas desbarrancadas cortan narcisos y nieblas, para adornar la tumba de tanto pájaro muerto. Tú peinas y despeinas mi cabello mientras el mar arrastra sangre y lodo. La sombra parece que esculpiera cadáveres. ¿Quién llora y se desespera en el aire? Amor. Tú estás dormido, -sin darte prisa por salir de la noche- mientras yo atajo lamentos de madres y de niños. Clementina Suarez

Oración al hondureño

!Bendita esta por Dios la prodiga tierra en que nací! Fecundan el sol y las lluvias sus campos labrantíos; florecenn sus industrias y todas sus riquezas explenden magnificas bajo su cielo de zafiro. Mi corazón y mi pensamiento, en una sola voluntad, exaltaran su nombre, en un constante esfuerzo por su cultura. Número en acción en la conquista de sus altos valores morales, actor permanente de la paz y del trabajo, me sumar a sus energías positivas; y en el hogar, en la sociedad o en los negocios públicos, en cualquier aspecto de mi destino, siempre tendré presente mi obligación ineludible de contribuir a la gloria de Honduras. Huyo del alcohol y del juego, y de todo cuanto pueda disminuir mi personalidad, para merecer el honor de figuarar entre sus hijos mejores. Respeto sus símbolos eternos y la memoria de sus próceres admirando a sus hombre ilustres y a todos los que sobresalgan por enaltecerla. Y no olvidaré jamás que mi primer deber será, en todo tiempo, defender con valor su sobera

Nieve

Cuando una hormiga cae ninguno se da cuenta. Cuando yo estoy sufriendo hasta la médula sólo yo lo averiguo. Y se me antoja hoy-no sé por qué zodíaco- que si sufro lo sepa todo el mundo. Y que no es justo que padezca solo. Y que alguna mujer debiera estar llorando sobre mis metacarpios. Al menos, ayudándome a llorar. Me siento solidario con todo aquel que tiene alguna torva pena, alguna neuralgia, alguna madre agónica, alguna cárcel suya. Y sólo pediría una brocha imponente para llenar los muros de palabras soeces, hasta que todos sepan lo enfermamente triste que un hombre puede estar de igual manera, de igual simple manera como caer una hormiga.

Entonces, Sólo Entonces...

Cuando todo sea gratuito y nada recompensa y el sueño sea inútil por el milagro fiel y puro. Cuando encuentren su puerto las tumbas errantes de los mares y la flor de la luz no sea amarga y resucite el viento. Cuando aquí, en el fondo del cielo, hundido a pique tu cuerpo no sea mi sombra en relieve. Entonces, sólo entonces…

Dedicatoria Total

Porque nada he deseado aparte de tu amor nunca perdí mi tierra que me invento contigo. Yo vivo enamorado de luz, de mar y cielo. Quisiera estar bordado en tu alma y tu pañuelo Luis Cardoza y Aragón: Más info de él: http://www.literaturaguatemalteca.org/Aragon.html

Me contaron

Me contaron que estabas enamorada de otro y entonces me fui a mi cuarto y escribí este artículo contra el Gobierno por el que estoy preso.

Oración Por Marilyn Monroe

Señor recibe a esta muchacha conocida en toda la tierra con el nombre de Marilyn Monroe aunque ése no era su verdadero nombre (pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a los 9 años y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar) y ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje sin su Agente de Prensa sin fotógrafos y sin firmar autógrafos sola como un astronauta frente a la noche espacial. Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia (según cuenta el Time) ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas. Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras. Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno pero también más que eso… Las cabezas son los admiradores, es claro (la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz) Pero el templo no son los estudios de la 20 th Century-Fox. El templo ?de mármol y oro- es el templo de su cuerpo en el que está el Hij

Ileana: La Galaxia De Andrómeda...

Ileana: la Galaxia de Andrómeda, a 700.000 años luz, que se puede mirar a simple vista en una noche clara, está más cerca que tú. Otros ojos solitarios estarán mirándome desde Andrómeda en la noche de ellos. Yo a ti no te veo. Ileana: la distancia es tiempo, y el tiempo vuela. A 200 millones de millas por hora el universo se está expandiendo hacia la Nada. Y tú estás lejos de mí como a millones de años.

Nuestras Relaciones

Nuestras relaciones… Esta simbiosis que somos. Vos sabés lo que buscaba: belleza que no se engorde, amor que no se aburguese. Por otra parte vos: querías tener amor con alguien por lo que fui hecho. Yo no hice nada para enamorarte. Todavía chorrean sangre mis renuncias.

Como latas de cerveza vacía:

Como latas de cerveza vacías y colillas de cigarrillos apagados, han sido mis días. Como figuras que pasan por una pantalla de televión y desaparecen, así ha pasado mi vida. Como automóviles que pasaban rápidos por las carreteras con risas de muchachas y músicas de radios… Y la belleza pasó rápida, como el modelo de los autos y las canciones de los radios que pasaron de moda. Y no ha quedado nada de aquellos días, nada, más que latas vacías y colillas apagadas, risas en fotos marchitas, boletos rotos, y el aserrín con que al amanecer barrieron los bares.

Acuarela

Los ranchos dorados cercados de cardos; chanchos en las calles; una rueda de carreta junto a un rancho, un excusado en el patio, una muchacha llenando su tinaja, y el Momotombo azul, detrás de los alegres calzones colgados amarillos, blancos, rosados. Ernesto cardenal Más info de él: http://es.wikipedia.org/wiki/Ernesto_Cardenal

Las Fieras

(Jardin del Plantes) Estamos echados sobre el césped y no tienen piedad de nuestra dicha. Nos espiaron ensañados. En sus ojos no había curiosidad ni complacencia. Envidia, sólo envidia con ira. Nadie quiso cubrirnos ni con una mirada de pudor. Pero ¿qué saben ellos de esto? Querían, lo supongo, avergonzar mi amor, el tuyo, el poco amor del mundo. Y no pudieron con nosotros. Jadeantes, al fin de nuestra lucha, ahí estaban, representando el odio que con tanto trabajo habíamos logrado arrancar de nuestro pecho. (Estamos solo contra ellos pero ellos están más solos que nosotros. A ellos no los une ni el odio, a nosotros hasta su odio nos reúne.) Quizá llegaron cuando yo era tu yo y yo era tuyo. Nunca lo sabremos. Jadeantes, saboreando, lamiendo nuestra dicha nos encontraron. Echados sobre el césped nos acorralaron como fieras. Y , ahí, a sus ojos furiosos, aterrorizados, hicimoss de nuevo nuestro fuego ya sin recato pero imperturbable -y ellos viéndonos, viéndonos, ignorantes y viéndonos.

La Insurreción Solitaria

La Juventud no tiene donde reclinar la cabeza. Su pecho es como el mar. Como el mar que no duerme de día ni de noche. Lo que está en formación y no agrupado como la madurez. Como el mar que en la noche cuando la tierra duerme como un tronco da vueltas en su lecho. Solo. Retirado a mi tos. Desde mi lecho que gruñe oigo correr el agua. Toda el agua que se oye pasar de noche bajo los lechos. Bajo los puentes. Las aves del cielo tienen sus nidos. Nidos curiosísimos. Los zorros y las raposas tienen alegres madrigueras donde hacen de todo. La juventud no tiene donde apoyar la cabeza. Y rompe a hablar. A hablar. Toda la tarde se la pasó el joven hablando delante de la mujer enorme. Dejándola para mañana se le pasa la vida. Y en la Pinacoteca de Munich, bajo el gran hongo, a la afable sombra de los Viejos Maestros, o en la olla del placer, derramando en el suelo su futuro dice a su juventud, a su divino tesoro dícele: -Sólo espero que pases para servirme de ti. Y aprender a sentarse. Empezar a

A Un Roble Tarde Florecido

Un desmedrado roble sin verdor que seco ayer a todos parecía, hijo del páramo y de la sequía, próxima víctima del leñador, Que era como una niña sin amor que en su esterilidad se consumía, con la lluvia de anoche ¡oh, qué alegría! ha amanecido esta mañana en flor. Yo me he quedado un poco sorprendido al contemplar en el roble florido tanta ternura de la primavera, Que roba en los jardines de la aurora, esas flores de nácar con que enflora los brazos muertos del que nada espera. José Coronel Urtecho. Más info de él: http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Coronel_Urtecho

La bala

La bala que me hiera será bala con alma. El alma de esa bala será como sería la canción de una rosa si las flores cantaran o el olor de un topacio si las piedras olieran, o la piel de una música si nos fuese posible tocar a las canciones desnudas con las manos. Si me hiere el cerebro me dirá: yo buscaba sondear tu pensamiento. Y si me hiere el pecho me dirá: ¡Yo quería decirte que te quiero! Mas información de él: http://es.wikipedia.org/wiki/Salom%C3%B3n_de_la_Selva

Veo mi patria

Veo mi patria, es triste, incrédula, asustada, como una gota de agua perdida multiplicando arrugas, antigua y desusada y en un mundo que no le pertenece como una vieja honda entre fusiles. Y me duele su día arrinconado y sucio, su color de sepulcro perfumado, y el sabor a blasfemia que se arrolla en sus calles. Solitaria, parece el lamento extraviado de un planeta remoto, de un planeta amasado con el odio y el fuego de todos los infiernos presentidos, de un planeta maldito que nos hizo semejantes al hombre y a la tierra.

Pronunciarte

Déjame que con mi última ternura alfombre tus pasos que se van. Vladimir Mayakovski Déjame contarte, querida niña, que no se me acabe la memoria. Déjame abrirme en tu carne, amoldarme a tus huesos, herirme en tu alma. Déjame sorber tus ojos como rodajas de cielo fresco, y déjame robar la espina que sube a tu cuello. Déjame contarte, querida niña, de mis viajes terrenales a la gruta del miedo o al triste pasaje de mis más guardados recuerdos. Déjame decirte que hoy sé de abismales presagios, de tus manos asustadas y tu cara de encino. Déjame tomarte libre de tardes, de coronas impías coronando tus senos. Déjame tenerte entre mis labios... ... yo quisiera que oprimieras mis labios, y así, jamás decirte que te quiero.

Mi mano habita la muerte ...

Mi mano habita la muerte sin corresponder nunca su presagio de nacer. El rostro es ceniza, límite primigenio del horizonte que yo antepongo en tus brazos. Y vos tenés mi distancia cansada más allá del olvido. Cuerpo, destello frágil del silencio perpetuado, figura de barro en tu voz cuando todos pedimos el presuroso instante de volvernos aire y polvo y ausencia, cuando el viento apenas insinúa nuestra espalda y yo muero rompiendo distancias de tu nombre. ¿ Será tu nombre, raíz última del aletargado respiro en la incertidumbre del mundo ? ¿ Será tu nombre? O tan solo ambos cayendo en la tarde partida que nos encontró en su lecho. Mis ojos murmuran su golpe amargo de volverse extremos vedados de un mismo cuerpo. Tu nombre es el destino, perfil obsoleto de lo que nos queda en esta mentira del crepúsculo. Y solo vos tenés el final, ser parte de estos días en que hemos habitado casi todas las muertes.

Las rimas en la historia nacional

Rimas salvadoreñas antes de 1972: El que fue a Sevilla perdió su silla hartáte un huevo con mantequilla porque aquí viene don Pancho Villa con sus dos putas a la orilla me cojo a tu tía simplemente María chiquilla mía. Rimas salvadoreñas después de 1972: El que fue a Sevilla perdió su silla guerrilla, guerrilla, guerrilla guerrilla, guerrilla, guerrilla, guerrilla guerrilla, guerrilla, guerrilla, guerrilla, guerrilla. (De "Ultimos poemas", 1983)

He visto hombres...

He visto hombres saliendo de la piedra como de un profundo y sudoroso parto. He visto hombres tumbados en la angustia y sacando las islas de sus brazos. He visto hombres quemar su esclavitud y emerger transparentes como vasos. He visto hombres beber la libertad y seguir arrastrando un corazón de esclavo He visto hombres mirar las multitudes con las pupilas tiernas como heridas, y hombres contemplando a un degollado con los ojos ajenos como guijas... Y he visto hombres huir de la batalla y era como si huyeran de su vida.

Certidumbre de polvo

Somos una verdad a medias, por eso algo nos duele siempre demasiado. ¿Y la mirada? Ahí habita el llanto y un esplendor de ingógnitas cenizas, insaciable y tenaz como la sombra. Damos un paso: tiento de tinieblas al borde del veloz abismo diario, del furor de la muerte que se apresta certera a darribar el corazón. Por eso vuelvo a ti con tu nombre brillando entre los ojos contra el vacío sin dios, y me detengo, certidumbre de polvo enamorado ante la muerte que se va llamándonos.
Este es mi amor, hermanos, este esfuerzo denso, maduro, alto, estos dedos agónicos y este manojo de entusiasmo. Yo no os amo dormidos: Yo os amo combatiendo y trabajando, haciendo hachas deicidas, libertando. Amo lo que de dioses se os revela ante el miedo y el látigo, lo que suda, viviente y guerrillero, en el fondo del hueso americano, lo que es amor no siendo más que carne, lo que es lucha no siendo más que paso, lo que es fuego no siendo más que grito, lo que es hombre no siendo más que árbol.

Desvestido

La noche, deseosa, apenumbrada, te quitó sin pensar las zapatillas... y -por sentirse blanca y alumbrada- desnudó blancamente tus rodillas. Luego -por diversión, sin decir nada- la noche se llevó tu blusa larga y te arrancó la falda ensimismada como una cosa tímida y amarga. Después te colocaste travesura: desnudaste tus pechos por ternura y -hablando de un amor vago, inconexo- porque sí y porque no, a medio reproche, desnudaste también, entre la noche la noche pequeñita de tu sexo.

Cuatro

Cerrando estoy mi cuerpo con las cuatro paredes, en las cuatro ventanas que tu cuerpo me abrió. Estoy quedando solo con mis cuatro silencios: el tuyo, el mío, el del aire, el de Dios. Voy bajando tranquilo por mis cuatro escaleras, voy bajando por dentro, muy adentro de yo, donde están cuatro veces cuatro campos muy grandes. Por adentro, muy adentro, ¡qué ancho que soy! Y qué pequeña que eres con tus cuatro reales, con tus cuatro vestidos hechos en Nueva York. Vas quedando desnuda y pobre ante mis ojos; cuatro veces te quise; cuatro veces ya no. Estoy cerrando mi alma, ya no me asomo a verte, ya no te veo el aire que te diera mi amor; voy bajando tranquilo con mis cuatro cariños: el otro, el mío, el del aire, el de Dios.

Día

Para hacer un día tan lleno de raíces bastó un árbol. Para empaparlo en miel dorada y embriagante bastó una abeja. Vengo acumulando piedras por si acaso falta una en la construcción de la torre, vengo guardando cántaros para cuando logre derramarse el líquido. Para hacer un vuelo de nidos viajeros hoy basta un solo pájaro, para fabricar un pez hoy basta el agua. Gran día de edificios y de montaje de puentes, de fecundo mugir de vacas y señales de lluvia. Día moreno y brillante que me recuerda mi obligación de cantar.

Sencillos Deseos

Hoy quisiera tus dedos escribiéndome historias en el pelo y quisiera besos en la espalda acurrucos que me dijeras las mas grandes verdades o las mas grandes mentiras que me dijeras por ejemplo que soy la mujer mas linda del mundo que me querés mucho cosas así tan sencillas tan repetidas, que me delinearas el rostro y me quedaras viendo a los ojos como si tu vida entera dependiera de que los míos sonrieran alborotando todas las gaviotas en la espuma. Cosas quiero como que andes mi cuerpo camino arbolado y oloroso, que seas la primera lluvia del invierno dejándote caer despacio y luego en aguacero. Cosas quiero como una gran ola de ternura deshaciéndome un ruido de caracol un cardumen de peces en la boca algo de eso frágil y desnudo como una flor a punto de entregarse a la primera luz de la mañana o simplemente una semilla, un árbol un poco de hierba una caricia que me haga olvidar el paso del tiempo la guerra los peligros de la muerte. Para ver más información de Gioconda Belli: http://

¿Qué sos Nicaragua?

¿Qué sos sino un triangulito de tierra perdido en la mitad del mundo? ¿Qué sos sino un vuelo de pájaros guardabarrancos cenzontles colibríes? ¿Qué sos sino un ruido de ríos llevándose las piedras pulidas y brillantes dejando pisadas de agua por los montes? ¿Qué sos sino pechos de mujer hechos de tierra, lisos, puntudos y amenazantes? ¿Qué sos sino cantar de hojas en árboles gigantes verdes, enmarañados y llenos de palomas? ¿Qué sos? sino dolor y polvo y gritos en la tarde, -"gritos de mujeres, como de parto"-? ¿Qué sos sino puño crispado y bala en boca? ¿Qué sos, Nicaragua para dolerme tanto? Para ver más información de Gioconda Belli: http://www.giocondabelli.com/biografia.htm

Como Gata Boca Arriba

Te quiero como gata boca arriba, panza arriba te quiero, maullando a través de tu mirada, de este amor-jaula violento, lleno de zarpazos como una noche de luna y dos gatos enamorados discutiendo su amor en los tejados, amándose a gritos y llantos, a maldiciones, lagrimas y sonrisas (de esas que hacen temblar el cuerpo de alegría) Te quiero como gata panza arriba y me defiendo de huir, de dejar esta pelea de callejones y noches sin hablarnos, este amor que me marea, que me llena de polen, de fertilidad y me anda en el día por la espalda haciéndome cosquillas. No me voy, no quiero irme, dejarte, te busco agazapada ronroneando, te busco saliendo detrás del sofá, brincando sobre tu cama, pasándote la cola por los ojos, te busco desperezándome en la alfombra, poniéndome los anteojos para leer libros de educación del hogar y no andar chiflada y saber manejar la casa, poner la comida, asear los cuartos, amarte sin polvo y sin desorden, amarte organizadamente, poniéndole orden a este alboroto

Ahora Vamos Envueltos en Consignas Hermosas

Las mañanas cambiaron su signo conocido. Ahora el agua, su tibieza, su magia soñolienta es diferente. Ahora oigo desde que mi piel conoce que es de día, cantos de tiempos clandestinos sonando audaces, altos desde la mesa de noche y me levanto y salgo y veo "compas" atareados lustrando sus botas o alistándose para el día bajo el sol. Ya no hay oscuridad, ni barricadas, ni abuso del espejo retrovisor para ver si me siguen. Ahora mi aire de siempre es mas mi aire y este olor a tierra mojada y los lago s allá y las montañas pareciera que han vuelto a posarse en su lugar, a enraizarse, a sembrarse de nuevo. Ya no huele a quemado, y no es la muerte una conocida presencia esperando a la vuelta de cualquier esquina. He recuperado mis flores amarillas y estos malinches de mayo son mas rojos y se desparraman de gozo reventados contra el rojinegro de las banderas. Ahora vamos envueltos en consignas hermosas, desafiando pobrezas, esgrimiendo voluntades contra malos augurios y esta sonris

Canción de Otoño en Primavera

Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer... Plural ha sido la celeste historia de mi corazón. Era una dulce niña, en este mundo de duelo y de aflicción. Miraba como el alba pura; sonreía como una flor. Era su cabellera obscura hecha de noche y de dolor. Yo era tímido como un niño. Ella, naturalmente, fue, para mi amor hecho de armiño, Herodías y Salomé... Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer... Y más consoladora y más halagadora y expresiva, la otra fue más sensitiva cual no pensé encontrar jamás. Pues a su continua ternura una pasión violenta unía. En un peplo de gasa pura una bacante se envolvía... En sus brazos tomó mi ensueño y lo arrulló como a un bebé... Y te mató, triste y pequeño, falto de luz, falto de fe... Juventud, divino tesoro, ¡te fuiste para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer... Otra juzg

Los cisnes

A Juan Ramón Jiménez ¿Qué signo haces, oh Cisne, con tu encorvado cuello al paso de los tristes y errantes soñadores? ¿Por qué tan silencioso de ser blanco y ser bello, tiránico a las aguas e impasible a las flores? Yo te saludo ahora como en versos latinos te saludara antaño Publio Ovidio Nasón. Los mismos ruiseñores cantan los mismos trinos, y en diferentes lenguas es la misma canción. A vosotros mi lengua no debe ser extraña. A Garcilaso visteis, acaso, alguna vez... Soy un hijo de América, soy un nieto de España... Quevedo pudo hablaros en verso en Aranjuez.... Cisnes, los abanicos de vuestras alas frescas den a las frentes pálidas sus caricias más puras y alejen vuestras blancas figuras pintorescas de nuestras mentes tristes las ideas obscuras. Brumas septentrionales nos llenan de tristezas, se mueren nuestras rosas, se agostan nuestras palmas, casi no hay ilusiones para nuestras cabezas, y somos los mendigos de nuestras pobres almas. Nos predican la guerra con águilas feroces, ge

Tormenta

Nuestro viento furioso grita a través de palmas gigantes sordos bramidos bajan del cielo incendiados con lenguas de leopardos nuestro viento furioso cae de lo alto. El golpe de su cuerpo sacude las raíces de los grandes árboles salen del suelo los escarabajos las serpientes machos. Nuestro viento furioso sigue su camino mojado es el jugo oscuro de la tarde que beben los toros salvajes es el castigador del campo. Los hombres oyen en silencio los gemidos del aire con el alma quebrada, el cuerpo en alto los pies y la cara de barro. Las indias jóvenes salen al patio, rompen sus camisas ofrecen al viento sus senos desnudos, que él se encarga de afilar como volcanes. Joaquín Pasos (Falleció en 1947) Más información de él: http://www.los-poetas.com/p/pasosbio.htm

Mi hombre ideal

Preferiría que mi hombre tuviera por nombre Fernando, Felipe o Federico con la F de felicidad no forzada con esa letra de fidelidad y no de futuro precisamente no me importaría el color de sus ojos ya fuesen verdes, negros o azules que brillaran para mí que su mirada me penetrara toda que fuera más alto y más grande que yo que no fuera gordo ni estúpido que odie el foot-ball y la política vernácula No me importaría que fuera bien donado o mal donado que fuera encantador y generoso me agradaría que mi hombre se bañara una vez al día y tres veces diarias si viviera en Choluteca Estaría orgullosa de que mi hombre tuviera las manos grandes y limpias que su pasión fueran la música, el cine el guaro y los libros. No permitiría que le mirase las nalgas a otra mujer y mucho menos a otro hombre Me gustaría que se levante temprano a cocinar y que enseguida lave los platos que no ronque ni que aviente aires cuando duerme conmigo que sepa leer y escribir que no piense en su madre cada vez que le d

Decepción

Si vi el amanecer(Redundancia)... Sólo es monotonía como el mar. La sonrisa duro poco,y la influencia del tiempo permaneció en él transcurrir de la vida. Camine cuando no tenia pies, llore mi ultima lágrima, finjí lo que jamas pude guardar cortando así, toda relación dudosa sin duda. Por mi falta de poderes, deje entrar la criptonita de superhombre y me capturo la obscuridad de el Señor de la noche. Avance con mis ideales, pero me detuvo una llamada, un celular y una vida pasada, con el ayer me lleve, comí junto al lago y la lluvia sofocó el día de campo con el arco iris. Dos veces mordí mi labio, para tal vez así, la sangre saciara la sed humana y la identidad buscada. La piel cierra los orificios y el sudor seca mis huesos con mas y mas simpleza. Corte mi cabello y el resto lo colé con el te, sabia a mi. Al final sabia que volvería a crecer y estaría conmigo de nuevo, el si no fallaría. Aunque uno sepa que el dolor es inevitable, siempre nos sumergimos en el, con ignorancia de lo que

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